La elección de
Libertador como representante de Venezuela en el Óscar causó polémica. Que se privilegia el dinero ante la calidad de una película, que el peso de ciertos nombres involucrados vale más que unos premios internacionales. Hubo, incluso, discusiones entre los miembros del jurado apenas se develó la película ganadora en la votación.
Pablo Gamba fue el primero que hizo público su protesta. El crítico de cine escribió una carta en la que rechazó la selección del comité nacional. "La elección de
Libertador como candidata al Óscar es un harakiri del cine venezolano (...). También fue el triunfo de la convicción de que lo que importa para triunfar en el cine es el billete y arrimarse al que tiene poder, tanto poder político como músculo empresarial, no el arte. No hubo argumentos de valor artístico para defender a
Libertador. Sólo razones estratégicas", escribió Gamba, que fue uno de los jurados.
La decisión se tomó la noche del martes tras horas de deliberación entre los votantes. El largometraje de Alberto Arvelo se impuso nueve a seis sobre
Pelo malo (de tercera quedó
Ley de fuga con un voto). "Tras el proceso de exposición de los pro y contra de cada película, pasó una cosa muy rara: la mayoría quedó con la impresión de que podía ganar la obra de Mariana Rondón. Hubo, tras el debate, gente que cambió de voto", contó Carlos Caridad Montero, otro de los que integró el jurado.
La cineasta Malena Roncayolo dijo que votó por
Pelo malo. A ella también le quedó la impresión de que el filme de Rondón tuvo mejores comentarios que cualquier otro título. "Este año se pidió que la votación de cada uno sea secreta. Yo había participado en cuatro comités previos y en todos los anteriores el voto fue abierto. La gran sorpresa fue que al contarse los votos ganó
Libertador. Eso habla de la gran deshonestidad que hay entre el jurado. Uno no puede decir una cosa y después hacer lo contrario", dijo la cineasta venezolana, que considera que hubo razones políticas en el proceso.
La realizadora del documental
De navíos, ron y chocolate cree que hubo llamadas que influyeron en el resultado (ningún otro involucrado en el comité confirmó la hipótesis). "Yo considero que hubo presiones políticas e intereses personales de anotarse al poder. Yo, además, pongo en duda la nacionalidad de
Libertador por el presupuesto, por el equipo de trabajo, tanto artístico como técnico, que es extranjero", agregó Roncayolo, que decidió salvar su voto del acta final firmada por los miembros.
Iván Mazza decidió votar por la cinta de Alberto Arverlo. Su plan inicial era elegir
La distancia más larga, pero Claudia Pinto Emperador decidió retirar su obra a última hora. "Yo soy muy pragmático: al tener que votar por dos filmes que no me agradaban del todo, pensé que
Libertador puede resultar interesante a la Academia. Es una película épica que tiene gente que ha sido candidata antes al Óscar, tiene un protagonista conocido en Hollywood. Eso atrae a los votantes. En cambio, en 60 años, sólo una película que ganó el Festival de San Sebastián fue nominada. No creo que fue una lucha del arte frente al dinero", dijo Mazza, que -eso sí- también pensó que ganaría
Pelo malo tras la discusión inicial.
Así,
Libertador, una coproducción Venezuela-España que contó con un presupuesto de 50 millones de dólares, tratará de obtener la primera nominación del país en la categoría de Mejor Película de Habla no Inglesa. La obra de Arvelo tendrá su estreno comercial en Estados Unidos el próximo 3 de octubre. Luego continuará su campaña de promoción por ese país. En enero se habrá si el jurado tomó la mejor elección.
dfermin@eluniversal.com